A través de Fundabiblioteca, en el Centro de Promoción Integral del Niño (CEPIN), ubicado en el barrio Etnia Guajira de la parroquia Venancio Pulgar, la municipalidad abrió la Primera Sala de Lectura para los más de 200 niños que atienden actualmente.
La Alcaldía de Maracaibo de la mano de Fundabiblioteca abrió el primer rincón para la lectura en wayuunaiki, la lengua madre de los más de 200 niños que atiende el Centro de Promoción Integral del Niño (CEPIN), ubicado en el barrio Etnia Guajira, de la parroquia Idelfonso Vásquez.
Todo empezó en el año 1995, en una pequeña casa que alimentaba a unos 25 niños con los años, el comedor creció y se agregaron salones para el reforzamiento escolar, ahora se suma el de la lectura.
Rafael Ramírez Colina, alcalde de Maracaibo, al inaugurar el área, resaltó que la ciudad no puede dejar perder las lenguas de sus etnias.
“No podemos dejar que se pierdan las costumbres, la comida, los dichos de nuestras etnias, pero mucho menos su lengua. Por estamos aquí, trayendo libros que se convierten en herramientas para que todos los que hablan el idioma wayuunaiki lo aprendan a leer y escribir. Les dejo el más valioso consejo: Nunca dejen de estudiar, eso es lo único que a uno le queda”, expresó el Alcalde.
Yecenia Toncel de Silva, presidenta de Fundabiblioteca, explicó que la instalación de la primera Sala de Lectura Kamalai’insü e’ishajeeraa tamüin, que en español significa: “Me gusta leer”; forma parte del programa Biblioteca en Acción, cuya meta es establecer en cada rincón de Maracaibo un espacio para que todo público pueda encontrar libros para consultar y leer.
“Ésta es la primera de muchas salas de lectura que instalaremos en la ciudad. La lectura debe ser una actividad diaria para nosotros y en especial para los niños. Nos honra poder ayudar a esta población infantil de la etnia wayuu que necesita herramientas para seguir creciendo como personas y ciudadanos”, dijo Toncel de Silva.
Nuevas generaciones
El Cepin, fundado por la misionera de Cristo Jesús de la República del Congo, Jeannette Makenga, atiende desde hace 25 años a niños y niñas desde los 3 hasta los 12 años. Son niños desescolarizados y su trabajo consiste en alimentarlos, reinsertarlos a los programas oficiales de educación y acompañarlos para que se mantengan y terminen.
Primero todo lo hizo posible Dios, pero después la hermana Jeannette a través de esta institución. Gracias al Cepin hemos visto cosas que nunca hubiésemos podido ver porque no tenemos las posibilidades de salir del barrio. Llegué aquí cuando tenía dos años y ahora soy una de las maestras que enseña a los niños. Hoy, estoy enseñando lo que me enseñaron y aprendí aquí. El respeto, los valores y el amor por el estudio”, manifestó Yelibet Montiel, maestra 29 años.
Más trabajo
La actividad fue acompañada por la concejal indígena Inés González y por Pedro Machado, presidente del Instituto para Pueblos y Comunidades Indígenas. Machado destacó que, con la sala de lectura, se está impulsando y fortaleciendo el conocimiento de nuestra lengua madre.
“Los libros servirán para que los niños aprendan, pero además para que tengan conciencia de lo que es ser wayuu. Nuestra lengua se está perdiendo. Hay niños que la entienden, pero no la hablan. Hay niños que la hablan, pero no saben distinguir las palabras. Y ahora, con los libros adecuados, el Cepin nos ayudará a esto se corrija y evitemos que se pierda la lengua”.
Facebook Comments